La Universidad de Aysén, Red Futuro Técnico y la Universidad Austral de Chile, Campus Patagonia, fueron anfitrionas de dos jornadas de diálogo y colaboración que reunieron a equipos de orientación, convivencia escolar y programas de acompañamiento de 12 establecimientos educacionales de la región.
Durante el evento se compartieron experiencias, estrategias y desafíos comunes entre los equipos equipos de acompañamiento y comunidades escolares de todo el territorio, con el objetivo de consolidar una red colaborativa, que ya se había comenzado a articular el año pasado en un encuentro similar, con el propósito de mejorar la inclusión y continuidad educativa de estudiantes de enseñanza media, tanto de modalidad humanista- científica como técnico-profesional.
“Se armó una comunidad de aprendizaje que la idea es que perdure en el tiempo”, afirmó David Vásquez Oyarce, Coordinador Ejecutivo del Programa PACE de la Universidad de Aysén, quien valoró la instancia como un espacio profundamente enriquecedor. “Durante el encuentro se compartieron prácticas exitosas entre comunidades regionales que podrían ser replicadas, con el objetivo de atender mejor a nuestros estudiantes y proyectar estos encuentros como espacios permanentes de colaboración”, agregó.
“Fue una jornada muy linda y enriquecedora”, destacó Johana Martínez Manosalva, Coordinadora del componente de Preparación de Enseñanza Media del Programa PACE, Campus Patagonia de la Universidad Austral de Chile, al referirse al nivel de participación de docentes, orientadores y equipos PIE. “El intercambio de estrategias y soluciones concretas para los desafíos de inclusión educativa en distintas comunidades fue sumamente valioso, sobre todo considerando que es un reto transversal desde la educación básica hasta la superior”, comentó.
Desde la Red Futuro Técnico, Andrea Zinker, jefa de proyecto para las regiones de Los Lagos, Aysén y Magallanes, subrayó la importancia del trabajo articulado: “Estos equipos de acompañamiento son fundamentales para las trayectorias formativas y laborales del estudiantado técnico profesional”. Además, celebró que incluso algunos de los establecimientos más alejados hayan podido participar activamente. “En una región diversa y compleja como Aysén, garantizar el acceso equitativo a la formación y al conocimiento es una de nuestras principales metas”, concluyó.
“Fue un espacio activo, muy participativo, que permitió compartir experiencias exitosas y desafíos reales”, relató Dina Casanova Paredes, orientadora del Liceo Altos del Mackay, quien valoró la oportunidad de analizar en conjunto las barreras y oportunidades que enfrentan los liceos TP, especialmente en el acompañamiento hacia la educación superior. También destacó que estas instancias refuerzan el compromiso de las universidades con el trabajo en terreno y el rol clave de las orientadoras y orientadores.
Desde el Liceo de Melinka, Karen Mora Gabreira, profesora de Matemática y encargada del Programa PACE, señaló que: “A pesar del aislamiento geográfico, estamos implementando estrategias similares a las de otros establecimientos”. Añadió que estas jornadas permiten perfeccionar el trabajo docente y comprender que las políticas educativas del Ministerio requieren del compromiso colectivo de toda la comunidad escolar: “Todos somos responsables de su implementación y ejecución”, puntualizó.
Las jornadas se consolidaron como un hito de articulación territorial y fortalecimiento de redes entre programas institucionales, establecimientos educacionales y actores claves del sistema educativo en Aysén. La colaboración, el intercambio de buenas prácticas y el reconocimiento del trabajo en contextos diversos sentaron las bases para seguir avanzando en una educación más inclusiva, equitativa y con sentido de comunidad.