Bullying, ciberbulliyng, violencia escolar o discriminación son algunas de las problemáticas que se presentan, en muchas ocasiones, al interior de los establecimientos educacionales del país. Conscientes de esta problemática, desde el Ministerio de Educación se ha impulsado la denominada Política Nacional de Convivencia Escolar (PNCE) centrada tanto en el sentido formativo y ético de la convivencia escolar, donde todos los miembros de una comunidad educativa están llamados a ser responsables y beneficiarios de ella, planteando que la convivencia se enseña y se aprende.

Bajo esta misma premisa, las académicas Julia San Martín (Profesora y Doctora en educación)  y Julia Cubillos (Socióloga y Magíster en educación emocional) presentaron el proyecto “Prototipo para la convivencia escolar (Promoción del buen trato en la Convivencia Escolar a través del desarrollo de capacidades) al Fondo de Innovación para la Competitividad (FIC) del Gobierno Regional de Aysén, siendo adjudicado el año 2019. 

Ambas eran conscientes que si bien, existían políticas que buscaban promover el desarrollo de acciones en torno a la convivencia escolar al interior de las comunidades educativas, aún quedaba mucho camino que recorrer, sobre todo en la instalación de una cultura del buen trato. “El proyecto surge, al constatar que si bien hay avances en materia de convivencia escolar, específicamente referidos a fortalecer la institucionalidad en los establecimientos a través de un encargado, una dupla psicosocial e instrumentos de gestión (como el plan de convivencia, reglamento o manual), las problemáticas de convivencia se mantenían o aumentaban en los establecimientos, asimismo diferentes estudios ya advertían la normalización de situaciones de violencia en los establecimientos escolares”, señala Julia Cubillos, actual responsable del proyecto. 

Sin embargo, señala la académica, la existencia de reglamentos y protocolos no son suficientes para avanzar en esta materia. “Lo que busca el proyecto es avanzar en la promoción de una cultura del buen trato, relevando  el desarrollo de competencias socio emocionales para mejorar la calidad de las relaciones interpersonales en el espacio escolar, de manera de favorecer la regulación de las emociones, la comunicación asertiva, la empatía, entre otras capacidades que promueven la aceptación de la diversidad, permitiendo de esta manera, la resolución pacífica de conflictos, y otras prácticas asociadas al buen trato”, puntualiza. 

Para su implementación, las académicas cuentan con la colaboración de la Seremi de Educación de la región de Aysén, la Dirección de Educación Municipal de Coyhaique y Puerto Aysén, así como también la Superintendencia de Educación de Aysén.

Pamela Adriazola, directora regional de la Superintendencia de Educación de la Región de Aysén, señala que se sumaron a esta iniciativa ya que les permitía aportar en la generación de ambientes bien tratantes al interior de los establecimientos educacionales. “El impacto de la convivencia en los aprendizajes y en el bienestar socioemocional de los estudiantes y demás miembros de la comunidad, está documentado en numerosas investigaciones. Esto es especialmente relevante en el contexto escolar, porque se espera que, en la institución educativa, se ejerza una influencia formativa, intencionando el aprendizaje de los modos de convivir que fomenta la política nacional de convivencia del Ministerio de Educación”. 

Asumir la convivencia escolar con mayor efectividad

Claudio Milahuichún es desde el año 2019 el encargado de Convivencia Escolar del Liceo de Mañihuales (localidad rural de la comuna de Puerto Aysén) establecimiento que ha participado activamente en la ejecución de esta iniciativa.  “La propuesta presentada por la Universidad de Aysén nos pareció atractiva para desarrollar en nuestro liceo, ya que se establece como un proyecto local que considera las características particulares de nuestro establecimiento educacional” señala desde la localidad. 

Asimismo, destaca que la iniciativa es una oportunidad para poder agregar valor al trabajo de convivencia que desarrollan en el establecimiento. “Esta iniciativa puede contribuir a mejorar la gestión de la convivencia escolar, al fortalecer el desarrollo de una cultura escolar orientada a promover las acciones declaradas en nuestros instrumentos formales, así como también, mejorar nuestro clima escolar y los indicadores de desarrollo personal y social, además nos motiva que la principal entidad educativa de nuestra región nos considerara en este nuevo desafío, sobre todo en un área que poco a poco ha adquirido relevancia en los contextos educativos” señala el encargado de Convivencia Escolar.

La necesidad de enfrentar y asumir la convivencia escolar con mayor efectividad fue lo que motivó al Liceo San José UR de Puerto Aysén a sumarse a esta iniciativa, señala su directora Marcela Castro, quien además lo visualiza como una oportunidad para contar con competencias que para mejorar la convivencia en su comunidad educativa. “La convivencia escolar se asume como un tema muy importante, necesario, casi vital y actualmente inherente al sistema educativo, el cual por lo complejo de las situaciones que se viven, que requieren de constante atención, espacio y tiempo para resolver los diversas conflictos o problemas que surgen, sacándonos inclusive de nuestra diaria labor, con los costos laborales que esto conlleva”, señala la directora. 

A ello agrega, “El mayor problema que se suscita en las escuelas, sobre todo en lo que respecta al maltrato escolar, es que a veces y en mi caso, los directivos, docentes y el personal no docente nos vemos sobrepasados con los innumerables conflictos que surgen y donde los estudiantes, padres y madres y en general todos los estamentos reclaman un pronta solución y obviamente sanciones que reparen la injusticia vivida, independiente del grado de involucramiento que tengan cada uno de los involucrados”.

Asimismo, la directora,  valora la contribución de la universidad en la generación de conocimientos y capacidades en los establecimientos “Creo que esta es una iniciativa muy acertada y una contribución a la comunidad en general, valoro mucho este tipo de acciones, ya que no solo enriquece y fortalece la cultura escolar de los liceos participantes, sino que además, contribuye a generar conocimientos y capacidades en las personas de los establecimientos educacionales de la región, también me parece importante la sensibilización que se produce en los actores de la comunidad escolar, valoro mucho que las instituciones de educación superior se vinculen con la comunidades escolares, es una forma de interacción que es positiva y que produce un impacto importante en las culturas de las organizaciones”, concluye Marcela Castro. 

Ejes Centrales del Proyecto

Concibe la convivencia escolar no sólo como un medio para lograr un ambiente educativo que favorezca el aprendizaje, sino también como un aprendizaje en sí mismo, es decir, aprender a convivir en sociedad y aprender a convivir con otros, resulta un imperativo, más en una sociedad donde la creciente visibilización de la diversidad, interpela a la aceptación y valoración de la misma, así como el reconocimiento de los otros. Se alinea con la Política de Convivencia Escolar, la Ley de Inclusión, ambas promovidas por el Ministerio de Educación.

Concibe de forma sistémica a las comunidades escolares, por ello trabaja de forma paralela en tres líneas ámbitos: el desarrollando capacidades en directivos, equipos de profesionales de la educación y equipos docentes; así como también el desarrollo de competencias socioemocionales en estudiantes; e impulsa acciones reflexivas con familias y apoderados, respecto de su rol en la promoción de una sana convivencia escolar.

Considera la realización de un diagnóstico integral que permita a los establecimientos participantes potenciar sus instrumentos de gestión y los avances que tienen en el ámbito de convivencia escolar, además de la conformación de una Red Interescolar de Convivencia Escolar, que permita potenciar a cada establecimiento, a través del fortalecimiento de redes de colaboración, de intercambio de buenas prácticas y de coordinación de actividades conjuntas. 

Al ser una iniciativa de innovación social, muchas de sus actividades serán co-creadas en conjunto con los establecimientos (diagnóstico, validación, implementación conjunta, evaluación), ejemplo de ello, es el programa Agentes de Cambios, cuyas actividades para el desarrollo de competencias socio emocionales en los estudiantes se implementará de forma conjunta, el que luego será empaquetado en un libro para ponerlo a disposición de otros establecimientos de la región.
 

Fotografía: Pixibay