En el marco del proyecto “MOBI-Aysén: el laboratorio genético para el monitoreo de biodiversidad”, financiado por el GORE Aysén (FIC 2018) y ejecutado por la Universidad de Aysén, se realizó este muestreo que tiene como objetivo validar en terreno un nuevo método molecular, basado en la recolección de ADN ambiental presente en el agua, que permitirá la detección de mamíferos marinos en los fiordos de Aysén sin tener que observarlos.
El ADN ambiental es básicamente el ADN que un organismo libera en su ambiente por ejemplo botando células de piel, pelo, saliva, orina. Al recolectar y filtrar agua superficial del mar se obtiene el ADN de los organismos que habitan el lugar o que han pasado por ahí.
El terreno se realizó a finales de abril y consistió en recorrer el área Marina Protegida Protegida de Múltiples Usos Piti Palena Añihué y tomar muestras de agua en cuatro sitios con diferentes ecosistemas y categorías de zonificación.
Por último, Delphine Vanhaecke, investigadora principal del proyecto, señaló que “los fiordos de Aysén son muy importantes para la alimentación, reproducción y crianza de especies de ballenas y delfines. Sin embargo, están amenazadas por actividades humanas muy intensivas como la acuicultura y el transporte marítimo. Esperemos con este nuevo método poder detectar y monitorear de forma más fácil y segura las especies presentes en este mar tan extenso y aportar a la identificación de zonas prioritarias para la conservación en ello”.
Además, se invitó a actores locales y representantes de la Fundación Piti Palena Añihué, que administra esta área protegida, para capacitarlos en la toma de muestra de ADN ambiental.
El proyecto MOBI Aysén, además de validar su método, está creando un kit de ciencia ciudadana, el cual permitirá de manera fácil y rápida tomar muestras de agua por la propia comunidad y mediante su análisis en el laboratorio de Ecología Molecular y Biodiversidad, instalado por el mismo proyecto, determinar la presencia de mamíferos marinos que son muy difíciles de observar e identificar en terreno. Esto permitirá que el esfuerzo de muestreo sea menor y logrará incorporar a los propios habitantes en potenciales programas de monitoreos de áreas marinas protegidas, las cuales por cierto, necesitan levantar información sobre presencia, riqueza de diversidad y la distribución de los mamíferos marinos.